PROCESO DE ELABORACIÓN DE LA MANTEQUILLA

Elaboración artesanal unida a innovación constante, el tándem perfecto para conseguir un inigualable sabor a mantequilla, la de verdad. Nuestros maestros mantequeros son herederos directos de la tradición y parte fundamental del proceso.

Escudo de Lorenzana con el maestro mantequero

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LA MATERIA PRIMA

El camino se inicia en los verdes pastos asturianos donde se alimentan apaciblemente nuestras vacas. Este entorno natural les permite ofrecer una leche de gran calidad y altísimo valor nutritivo.

 

Una vez obtenida se procede a desnatarla y almacenarla en el madurador, donde se enfría hasta conseguir la temperatura óptima. La nata obtenida se introduce en la mazadora. Aquí se inicia el proceso de batido, obteniendo la mantequilla. A partir de este punto comienza la magia.

Vaca pinta o vaca lechera
imagen de césped para pastar los animales

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EL MANASER

El manaser es el elemento que nos hace únicos y confiere a nuestra mantequilla su untuosidad, su característico color amarillo, su inigualable aroma y su sabor ligeramente avellanado que cautiva los sentidos. 

 

Nos enorgullece ser la única empresa española que perpetúa esta práctica, en la que la experta habilidad y el mimo del maestro mantequero resultan esenciales para elevar nuestro producto a una categoría gourmet.

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EL ENVASADO

Superados los más estrictos controles de calidad e higiene, nuestra mantequilla es envasada consiguiendo así llegar a tu mesa fresca y en perfecto estado de conservación. 

 

El formato que más nos representa es el de nuestra icónica lata, aunque disponemos de envases para todos los gustos y que también conservan a la perfección el producto: rulos, pastillas y micro pastillas. Formatos distintos, misma calidad.

Dos latas de mantequilla de 250 g una con sal y otra sin sal

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La elaboración de la mantequilla es un procedimiento al que se debe poner esmero y cariño para obtener un producto fresco y de calidad, capaz de acompañar cualquier tipo de alimento.

 

Hemos destacado la magia que sucede durante la producción de nuestra mantequilla Lorenzana, así que es el momento de explicarte en detalle todas las fases que componen la producción de este derivado lácteo.

 

Es un producto esencial en muchas recetas de cocina y permite explorar un nuevo mundo de sabores que reflejan la artesanía de los lácteos, así como las posibilidades que mucha gente desconoce.

 

¡Acompáñanos durante este viaje donde descubrirás los secretos de su elaboración!

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PROCESO DE ELABORACIÓN DE LA MANTEQUILLA

El proceso de elaboración de la mantequilla sucede gracias al batido de la nata.

 

En esencia, la producción de este producto consiste en realizar un batido constante sobre la nata (formada a partir de la leche de vaca), que nos permite separar la materia grasa del suero de leche.

 

Por supuesto, este proceso puede sufrir pequeñas variaciones con el fin de obtener nuevos tipos de mantequilla, con diferencias claras en el sabor o la consistencia. Un ejemplo de ello es nuestra mantequilla tradicional Lorenzana sin sal.

 

Cada una de las variantes está creada una intención concreta, por eso existen tipos destinados a la repostería y otros cuyo rasgo más llamativo es la elaboración tradicional.

 

Vamos a presentarte las fases que componen el proceso de producción de la mantequilla, que representa gran parte del sector lácteo.

La primera acción que se lleva a cabo tras obtener la leche, es un análisis de calidad desde la planta de producción. Con este método podemos asegurarnos de que la leche cumple con unos parámetros de calidad mínimos.

 

Esos parámetros hacen que la leche siga un estándar concreto y respete ciertos requerimientos. Por ejemplo, poseer un 8,3% de sólidos no grasos y una cantidad mínima de 3% de grasa de leche.

 

Cabe mencionar que la leche cruda que se recibe debe mantenerse en refrigerio durante un tiempo menos a las 24 horas.

Al principio mencionamos que separar la nata de la leche es un paso fundamental en la fabricación de mantequilla. Su importancia reside en que dicha acción nos permite obtener dos nuevas soluciones, la leche desnatada y los famosos glóbulos grasos.

 

No hacerlo significaría detener el proceso de elaboración desde el principio. Además, se emplea un sistema de centrifugación mecánica que se encarga de la separación.

Llegamos a uno de los pasos más sencillos dentro de la elaboración de la mantequilla, puesto que únicamente se deja reposar la nata durante unas horas.

 

La espera da como resultado una estabilización en la acidez de la nata, que facilita la posterior tarea de batido.

Finalizado el tiempo de reposo, se regula el contenido graso que posee la nata (en la mayoría de casos el contenido graso es muy superior al que se necesita).

 

El volumen a conseguir se encuentra alrededor del 40% de grasa y debe normalizarse hasta llegar a la cifra indicada.

En este punto de la elaboración de la mantequilla se opta por uno de los dos procesos capaces de disminuir la acidez de la nata. El primero de ellos se conoce como neutralización mecánica y para llevarla a cabo se hacen lavados con agua repetidas veces.

 

Por otro lado, está la neutralización química que añade ciertas sustancias alcalinas que ofrecen el mismo resultado. Dichas sustancias son el carbonato de calcio o caliza, y el hidróxido de sodio.

Finalmente, llegamos a uno de los puntos claves de la producción; la pasteurización de la nata a alta temperatura. Para eliminar cualquier tipo de microorganismo o patógeno la temperatura debe alcanzar los 98 °C.

A partir de aquí, comienza la fase final para conseguir la mantequilla

Una vez se han eliminado los microorganismos y se ha completado la pasteurización, es el momento idóneo para enfriar la nata resultante.

 

Esto es útil para favorecer la solidificación del glóbulo graso y evitar cualquier alteración organoléptica.

El proceso de maduración requiere un día completo de reposo a una temperatura de 4 °C, justo después de haber enfriado la nata. Así es como los glóbulos grasos que ya estaban solidificándose, se cristalizan.

Como ya sabes, durante el batido de la nata se rompen los glóbulos grasos. Esto provoca que se libere la grasa, volviéndose hidrófoba y formando un cemento a partir de los glóbulos grasos que no han sido afectados.

 

Aproximadamente, el tiempo para que se complete esta acción no supera los treinta minutos. Una vez ocurre, se obtienen dos productos diferentes (conocidos como mazada y suero).

 

El suero se retira del proceso de fabricación, para lograr la mantequilla adecuada.

Encarando la parte final de la obtención de mantequilla, se toma una muestra de la ya mencionada mazada, que se estudia desde un laboratorio especializado donde hay un instrumental capaz de detectar el nivel de humedad.

 

El nivel de humedad determina si el batido debe continuar para extraer todo el suero posible, o si el procedimiento está llegando a su fin.

 

Para continuar con el batido, la humedad debe superar el 16%. En cambio, cuando se encuentra por debajo de esa cifra se añade cierta cantidad de suero.

 

La humedad indicada debe rondar el porcentaje que hemos determinado.

En esta fase ya hay una mazada adecuada, por lo que se agrega sal (hasta un 3%) para que el sabor característico de la mantequilla se potencie.

 

Nuestra mantequilla tradicional Lorenzana con sal también posee cierto porcentaje, que le ayuda a conservarse mejor.

 

Solo queda amasar el producto para que el cloruro de sodio se integre correctamente.

Con el producto final conseguido, queda revisar que cumple con el estándar de calidad en diferentes rangos (el sabor, la textura o el color). Si el resultado es bueno, se procede con el envasado.

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CONFÍA EN NUESTRA FABRICACIÓN DE LA MANTEQUILLA

Podemos asegurarte que nuestra elaboración de la mantequilla Lorenzana posee unas características únicas que la convierten en la mejor opción para cualquier plato. ¡Anímate a probarla cuanto antes!